Nuevo modelo de franquicias: compra franquiciatario, opera franquiciante

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El asunto resulta novedoso incluso para quienes están inmersos en el mercado de las franquicias. Cada día es más frecuente que las franquicias sean ofrecidas con una cláusula que dice con claridad: Franquiciante compra, franquiciatario opera y administra.

La labor en la operación de este nuevo modelo ubica en quien adquiere una franquicia en el sillón de honor en el balcón principal del negocio.

Para ejemplos, dos, que por cierto no son los únicos.

La Cervecería de Barrio.
Benito Hernández, creador del concepto “La Tablita”, inquieto empresario, creativo compulsivo, tiene en su más reciente creación de modelo empresarial uno que precisamente requiere al franquiciante como elemento para que franquiciatario siga avanzando.

El modelo de La Cervecería de Barrio intenta retomar lo mejor de las cerveceras de barrio en el pasado de la CDMX.

Ofrecen ambiente en el local alimentos de rápida preparación y de sabor destacado: tacos de pescado y mariscos. Lo que no se puede hacer en taco se presenta en tostada y si en tostada no funciona lo hará en torta. La “vitamina T” en su máxima expresión.

En compañía siempre una buena chela, comercial porque hasta el momento no incorporan, aunque prometen hacerlo pronto, cervezas artesanales. Parecería que el concepto nuevo de Benito pudiera tener en su ADN la cerveza artesanal pero hasta el momento no la experimentan.

La primera Cervecería de Barrio la abrieron en 2006 y ahora cuentan con 15 locales abiertos y seis más están por iniciar en la capital.

Tuxtla, Querétaro y Puebla iniciaron este año ya bajo el parámetro de que el franquiciante pone la inversión y el franquiciatario coloca el know how operando el negocio.

La franquicia cuesta 55 mil dólares más adaptaciones. Se trata de un local que permita el establecimiento de un total ideal de 44 mesas, 180 personas en un lleno total, unos 350 metros para atención al público. Total de totales: siete millones de pesos. La franquiciante cuenta con posición minoritaria en ese negocio que opera y administra el franquiciante.

El franquiciatario mira y reza. La recuperación se estima en un par de años. Para conocer más detalles a La Cerveceria de Barrio.

Otro negocio que opera con este modelo, digamos “nuevo”, es La Bendita Paleta, de un conocedor del negocio de las franquicias: Diego Argiró.

El “no tiene un pelo de tonto”, entre otras cosas porque se rapa “el coco”. El autor de esta columna puede afirmar sin temor a equivocarse que Diego Argiró es un extraordinario tipo cuyo único defecto es creer que Maradona ha sido el mejor jugador en la historia del futbol mundial. Por lo demás, califica ya como típico mexicano, lo que incluye el dominio del albur.

Y en la certificación como maestro de albures, se metió en los asuntos de “palitos”. La historia es larga y no poco sofisticada. Lo cierto es que hoy Diego, padre de muchos modelos de negocios y demás marcas exitosas en México, es un bendito director.

El asunto data de hace poco más de cinco años, casi seis.

Creador de negocios exitosos, padre de más de 110 tintorerías, exresponsable comercial en la firma Feher & Feher, creador de la Franchise Store, impulsor de Arréglalo, inquieto empresario que quiere siempre estar al frente de retos divertidos, conoció la historia de una receta de una abuela que fue maestra y que congraciaba a sus alumnos mejor portados con una paleta artesanal preparada por ella. Al final de cada jornada escolar o semanal había paletas riquísimas, con fruta en su interior y conformadas con yogurt a quienes se habían portado mejor.

Todos procuraban “portarse mejor” y los padres, impedidos a cursar de nuevo la primaria, descaradamente procuraron comprar a la maestra las paletas de yogurt artesanales.

Lo que hizo Diego, hoy bendito director, fue rehabilitar esas paletas, recordando la tradición y prestigio de aquella maestra y de los helados italianos. Quiso mezclar conceptos y le dio al clavo.

Uno de los asuntos más complejos fue llegar a la receta oficial, buscar las maquinarias que fueran necesarias para elaborarlas, comprarlas, buscar un local de escasos 30 metros cuadrados para preparar ahí las paletas que, volviendo a la tradición, decidieron llamarlas Benditas Paletas en honor a la petición de los padres y de los niños bien portados de esa maestra que se referían a las congeladas como las “benditas paletas”.

Por eso es Diego un bendito director, porque el negocio que encabeza son las Benditas Paletas.

El éxito ha sido rápido para no decir vertiginoso. En pocos meses la planta de 30 metros tiene que extenderse a un terreno que cuenta con una superficie de 500 metros. Su laboratorio, donde se preparan y ensayan nuevos sabores (16 ahora), será ya de 100 metros y no de menos de 20 como era antes.

Se trata de una paleta artesanal de agua o de yogurt con combinación de frutas frescas de la estación y próximamente con fruta orgánica. No hay azúcar añadida y están por sacar la línea para diabéticos.

Ya tienen representación en cuatro puntos del país y tienen todo listo para su incursión en pleno en Jalisco, en Guadalajara y en la Rivera Maya. En Guadalajara sobre cinco puntos, de los cuales ya tienen ocupados dos, al igual que en el Caribe: van por cinco pero ya están en dos. Van por 50 locales en el Distrito Federal. Hoy están en cuatro, cuando escribimos esta columna.

No vamos a hablar de la logística de la paleta porque ese es un asunto que merecería una referencia especial dedicada. El hecho de que tengan que ser transportadas a menos de 18 grados centígrados le impone dificultades extraordinarias a este producto.

En provincia están considerando el vender franquicias a 350 mil pesos, incluyendo IVA, pero con la característica de que ellos operan el negocio.

La paleta es no sólo exquisita: es muy sana. La paleta de yogurt cuenta con 186 KC y de 100 KC para el caso de la paleta de agua. Cuatro paletas equivalen a un vaso de refresco pero ya están cerca de lanzar las paletas para diabéticos. Su modelo aplica para islas de tres por tres metros. Los palitos se exhiben parados, de ahí también que se sostenga que Diego Argiró es un bendito director.

Nadie puede negarlo.

Para comunicarse con el bendito director a Facebook: Bendita Paleta.

Correo: direccion@universopyme.com.mx

Twitter: @ETORREBLANCAJ

Fuente: El Financiero

Feher & Feher

Consultoría

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