Los ejecutivos son a menudo víctimas de su imagen.
En México, marcarse la piel todavía es motivo de perjuicios.
Un tatuaje es aceptado sólo en ciertos grupos. Creer que a un musico o a un diseñador le va bien una marca en la piel y a un CEO no, es un estigma social. “No cuadra con el estereotipo de un ejecutivo”, dice Diego Elizarrarás, socio y CEO de la empresa Todo de Cartón.
Elizarrarás se tatuó a los 35 años. “Aunque seas una persona pública estar tatuado es una barrera para mucha gente”, dice el expresidente de la Asociación Mexicana de Fraquicias.
Gariel Kleiman, CEO de Pizza Amore, coincide en que en México hay intolerancia. Como dueño de una empresa no ha tenido problemas por estar tatuado. “Pero cuando trabajé en el hotel Camino Real había políticas al respecto”, recuerda. El empresario dice ser testigo de la discriminación con su esposa, quien tiene signos en todo el cuerpo.
Para contrarrestar esta actitud, Kleiman contratara gente con tatuajes siempre y cuando los mensajes impresos en su piel no sean agresivos.
Luis Felipe Elvira, CEO de OK FoodTrucks, considera que una marca en la piel pierde pero cuanto tienes una posición de éxito. “Sieres empresario, la carga de perjuicio desaparece porque tu puesto lo contrapone, pero si vas empezando, lo más probable es que te rechacen”, afirma.
Un tatuale muestra que el hombre es un ser social, resultado de sus imaginaciones en invenciones colectivas, explica Víctor Payá en el libro Cuerpo rayado cuerpo significante.
UN GUSTO PERSONAL
El negocio de los tattoos creció en México hace 15 años cuando algunos estudios y tatuadores fueron reconocidos entre los mejores del mundo, cuenta Jahaziel Freyre, de Tatto Jaz. Hoy, la mitad de sus clientes, dice, son dueños de empresas o directivos.
Tener dibujos en la piel no es sólo una cuestión de aparencia, sino un tema laboral delicado. “Hay empresas que valoran si la apariencia de un candidato coincide con su imagen corporativa”, dice Angélica de la Vega, CEO de la consultoria DLV Comunicación Inteligente.
Aunque en México la exclusión por tener tatuajes el ilegal, segín el Artículo 5° de la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal y el Artículo 206 del Código Penal.
“Todo está cambiando porque hoy las empresas quieren crear ambientes agradables”, dice De la Vega. Esto implica entender la forma de pensar y los valores de los jóvenes.
“En México no es común encontrar directores tatuados, pero tenemos que comenzar a ver a la gente por lo que es y no por lo que viste o trae puesto”, dice Kleiman. CEO
Fuente: Síntesis Informativa AMF
