Panorama de franquicias: Fortaleza probada

En 2014, aunque el ambiente de negocios no favoreció a las franquicias, éstas lograron crecer más que la economía.

Hay razones para mantener el optimismo: en 2014, el sector mexicano de las franquicias preservó su tendencia al crecimiento. Y su avance, como viene ocurriendo desde hace más de dos décadas, superó el desarrollo anual de la economía nacional. El año pasado, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la economía mexicana creció en un rango de 2.1% a 2.6%. Durante el mismo lapso, los especialistas del sector de las franquicias estimaron un incremento del 11% en México.

Sin embargo, esta cifra de crecimiento –que otros sectores envidiarían– no puede inspirar un entusiasmo desbordado. A principios de 2014, la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF) auguraba un 12% para la industria. Y aunque marca una ligera mejoría respecto del resultado de 2013 (10%), el indicador aún dibuja un escenario de desaceleración, ya que el sector llegó a registrar incrementos del 12% en tres años consecutivos (de 2010 a 2012).

Para José Luis Navarro, presidente de la AMF y director general de Finca Santa Veracruz, los números son frustrantes, pero no inesperados. “El 2014 no será recordado como un buen año para la industria, pues nuestro desarrollo fue afectado por varios fenómenos económicos, internos y externos. No obstante, en un contexto tan poco favorable, las franquicias no dejaron de crecer, tal como lo han hecho desde hace 25 años. ¿Cuántos sectores mexicanos podrían decir lo mismo? ¿Qué más pruebas se necesitan para demostrar la solidez de nuestro modelo de negocio, para validar cualquier apoyo que se le ofrezca a la industria?”, apunta el empresario, quien asumió la presidencia de la AMF en marzo del año pasado.

Retos que dejan lecciones

La posibilidad de un mejor saldo en 2014, a decir de las fuentes entrevistadas, tropezó con un ambiente de negocios muy complicado. Por principio de cuentas, el sector tuvo que enfrentar dos herencias macrofinancieras de 2013: bajo consumo interno y restringida inversión pública (un motor esencial de la economía mexicana). A dichas circunstancias se le sumaron dos factores que también afectaron las aspiraciones de crecimiento de la industria: la entrada en vigor de la reforma fiscal y el clima de inseguridad que prevaleció a lo largo del año.

En el primer caso, tras la eliminación de la figura del Régimen de Pequeño Contribuyente (Repeco), bajo la que declaraban impuestos muchos franquiciatarios (30% del sector, según la AMF), estos empresarios aspiraban a sumarse al llamado Régimen de Incorporación Fiscal (RIF). Las autoridades hacendarias bloquearon la alternativa (aunque las empresas cumplieran con una condición básica de esta figura: ingresos anuales por debajo de los $2 millones) y, por lo tanto, estos negocios fueron integrados al Régimen Intermedio, un esquema tributario con mayor impacto en los ingresos del franquiciatario, pues aumenta la carga impositiva e involucra más costos en asesoría y soluciones contables.

En 2014, estos gastos en la operación fiscal, según algunos especialistas, quitaron recursos a las inversiones de mayor valor estratégico: generación de empleo, mejora o apertura de puntos de venta y capacitación. Este dilema hacendario aún no tiene solución (quizá llegue este año). Con el respaldo de una resolución favorable de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), la AMF está dialogando con las autoridades (SHCP y el Servicio de Administración Tributaria, SAT) para revertir la medida y así permitir que los franquiciatarios que cumplan con los requisitos puedan adherirse al RIF.

Más allá del resultado de dicha negociación, César Aranday, director general de la consultoraAranday & Asociados, señala que en 2015 la reforma fiscal mostrará que sí tuvo un efecto positivo, aunque seguramente no considerado.

En el extinto modelo de Repeco, las franquicias tendían a ser poco rigurosas en el control tributario, ya que pagaban un monto fijo de impuestos. En el contexto fiscal que tienen de momento (Régimen Intermedio), las empresas del sector deben ser más cuidadosas con los procesos fiscales (preparar declaraciones, gestionar facturas y deducibilidades, por ejemplo). “Tras el shock de la puesta en marcha de la reforma, muchas franquicias están adaptándose bien al cambio y, sobre todo, están profesionalizando su gestión financiera y tributaria. Y un negocio con buenas prácticas administrativas siempre es una noticia positiva”, afirma Aranday.

Por otro lado, el clima de inseguridad que padeció el país durante 2014 (y que se agravó en el último trimestre del año) también pasó factura a la industria. A causa de situaciones serias de vulnerabilidad en entidades como Tamaulipas, Chihuahua, Nuevo León, Guerrero y Michoacán –según datos de la AMF– se cerraron unidades franquiciadas.

Asimismo, varios de los expertos entrevistados aseguran que en 2014 algunas marcas (sin especificar cuáles) optaron por postergar o cancelar proyectos de expansión territorial, lo que afectó el desarrollo de las redes de comercialización del sector. Otras empresas del sector prefirieron crecer en localidades que hoy se perciben más seguras, como el DF, Puebla y Querétaro.

Si las autoridades no frenan el avance de la criminalidad, el sector de las franquicias podría enfrentar situaciones complicadas en 2015; no sólo asaltos o robos, sino severas restricciones para ampliar el tamaño del negocio. “En este momento, para pensar en un crecimiento de la industria por arriba del 12%, resolver el tema de la inseguridad pública es una condición indispensable”, apunta Ferenz Feher, CEO de la consultora Feher & Feher.

En este delicado asunto, los entrevistados sentencian que la AMF deberá asumir un papel trascendente: ser la voz de la industria, denunciando y exigiendo apego a la ley, señalando amenazas, demandando apoyo para empresas del sector en situación de riesgo e incluso, mostrando las capacidades del modelo de negocio para reconstruir el tejido social y fomentar el empleo digno.

Se buscan créditos

En materia de financiamiento, un hecho relevante fue el lanzamiento de la convocatoria 4.2 del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), una iniciativa específica para el sector de las franquicias. Abierto entre octubre y noviembre de 2014, el programa, respaldado por $5 millones, ofreció un monto máximo de $250,000 (50% de la inversión total) para la adquisición de una franquicia avalada por el Inadem. Entre las marcas reconocidas por la institución se pueden contar a 100% Natural, Pollos Río, Pays Coronado, MailBoxes e Impuestum Contadores, entre otras opciones.

El Inadem también mantiene el Programa de Financiamiento para la Adquisición de Franquicias. Este plan, que usa garantías de Nacional Financiera y opera a través de la banca comercial (BBVA Bancomer, Banorte y Santander), otorga créditos de entre $100,000 y $2 millones (50% de la inversión total), con tasa fija anual del 12% y plazos de hasta 56 meses. La meta de la iniciativa, han declarado funcionarios del Inadem, es apoyar a 150 empresas solicitantes.

Al margen de estas iniciativas dirigidas al sector, el Inadem conserva su estrategia basada en convocatorias por categorías (14 distintas, con temas de innovación, incubación, aceleración) y no por sectores particulares; programas en donde pueden participar las firmas del sector (franquiciatarios y franquiciantes).

En opinión de Enrique Alcázar, presidente de Grupo Alcázar & Compañía, estos apoyos de financiamiento “en primer término, no son suficientes para atender la demanda. Además, en las convocatorias del Inadem se da prioridad a las empresas que ya tienen algún tiempo operando. La apertura de nuevos puntos de venta, tan importante para nuestro sector, carece de apoyos financieros significativos”.

Si en 2015 la reforma financiera (promulgada en enero del año pasado) empieza realmente a aplicarse, la banca comercial ofrecerá créditos con montos, tasas y plazos más razonables a los actuales. Para la industria de las franquicias, esto significaría la disponibilidad de diversas fuentes de financiamiento, las cuales, aunque no especializadas en atender al sector, podrían ampliar las opciones que ofrece hoy el Inadem o firmas como Finmex. Sin embargo, a un año de su promulgación, la reforma financiera no ha dejado sentir sus efectos.

Prioridades para 2015

Para los expertos entrevistados, la industria mexicana de las franquicias podría crecer hasta 12% este año –por su parte, la economía del país, según el Banco de México (Banxico), lograría un avance máximo de 4%–. La materialización de esta expectativa no será fácil: los efectos de las reformas energética y financiera deben empezar a sentirse en el mercado, el gasto público debe liberarse (hecho que contribuiría a estimular el consumo interno) y, sobre todo, los índices de inseguridad pública deben reducirse en forma más que significativa.

Desde su cargo como presidente de la AMF, José Luis Navarro vigilará la evolución de dichos factores. No obstante, dedicará mayores empeños a dos tareas que considera prioritarias en 2015: la agenda legislativa para mejorar el marco regulatorio del sector e impulsar programas para tecnificar las operaciones de las franquicias, acción que incluirá planes de capacitación.

“Estamos trabajando en una propuesta de ley de franquicias, para incluir el marco regulatorio del sector en el Código de Comercio Federal. El objetivo es tener un contexto regulatorio claro y simple, que contribuya al desarrollo de la industria”, señala Navarro. “Y para la meta de tecnificación, la idea es ofrecer herramientas tecnológicas a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas, para que eficienten sus operaciones y aprovechen todos los beneficios de soluciones CRM, de inventarios o para flujo de efectivo”.

Asimismo, la AMF seguirá fomentando la colaboración con los gobiernos estatales, y no desaprovechará ninguna oportunidad para divulgar la cultura de las franquicias en el país, como hizo en 2014 con la organización de eventos en Puebla, Guadalajara, Mazatlán, Ciudad Juárez y Monterrey.

Por otro lado, en 2015, un año cuya estabilidad económica aún es incierta, todos los miembros del sector deberían recordar un hecho: en los mercados de bajo dinamismo, con consumidores que controlarán gastos, vender una mercancía o servicio será una labor cada vez más difícil. Y en ese contexto, la calidad (en mercancías, servicio al cliente, capacidad operativa, estrategias de venta, etc.) se define como el gran diferenciador.

Por el bien de ambos, franquiciantes y franquiciatarios deben basar su relación en un principio de excelencia. “El dueño de la marca debe comprometerse con sus franquiciatarios: entregar el mejor producto posible y ofrecer servicios de apoyo de alta calidad; en los mercados enrarecidos, un franquiciatario sin los soportes adecuados y sin una mercancía inigualable enfrenta un futuro poco promisorio. Y eso, también es una amenaza para el franquiciante”, dice Juan Manuel Gallástegui, presidente de la consultora Gallástegui Armella Franquicias.

Para reconocer a una firma comprometida con la excelencia, la AMF creó la Certificación de Calidad de Franquicia (CCF) en 2012. A la fecha, sólo dos marcas cuentan con el distintivo (Prendamex e Impuestum Contadores). La baja penetración del sello, en opinión de los entrevistados, no es una situación irremediable pues, como todas las certificaciones, necesita tiempo para ser reconocida por el mercado.

Además, en las circunstancias económicas que el sector ha vivido recientemente, los recursos y las prioridades de las compañías dan poca tregua para pensar en certificaciones (la CCF tiene un costo aproximado de $60,000, y el proceso de validación toma casi tres meses).

En la búsqueda de la calidad, nadie debe descartar a las instituciones académicas. En la Universidad del Valle de México (UVM), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y la Universidad Anáhuac, por mencionar algunas, las empresas de la industria pueden encontrar programas especializados para que los franquiciantes y franquiciatarios se capaciten en buenas prácticas e ideas innovadoras que sean útiles para sus negocios en 2015.

En un sector de franquicias cada vez más sofisticado, confiar en que el manual de operaciones tiene todas las respuestas es una postura muy arriesgada. “El sector ya exige muchas habilidades gerenciales y conocimientos en distintas áreas: mercadotecnia, finanzas, legal, servicio al cliente, comercio exterior, etc. No se trata de alterar o ignorar el modelo de operación del negocio, sino de sacarle el máximo provecho con los conocimientos indicados”, apunta Aimé Gutiérrez, directora institucional de la Red de Incubadoras de Empresas y Emprendedores de la UVM.

¡Bienvenidos!

En la industria global de las franquicias, México es uno de los países que más marcas genera. Sin embargo, de las más de 1,000 empresas mexicanas, apenas 25 tienen operaciones en el exterior.

Según líderes del sector, este número podría crecer fácilmente, debido a que las marcas locales encontrarán muchas oportunidades en el ámbito internacional.

Para Josh Merin, director de Asuntos Internacionales de la Asociación Internacional de Franquicias (IFA, por sus siglas en inglés), “el mercado latinoamericano debe ser la opción natural para las marcas mexicanas”.

Una recomendación que no rebatiría Luis Felipe Jaramillo, presidente de Colfranquicias (Cámara Colombiana de Franquicias). En Colombia, dice el directivo, las empresas mexicanas podrían ser exitosas en nichos como clínicas especializadas, comercio detallista, comida rápida, bancos de células y servicios de limpieza, entre otros.

En Europa, la madre patria es una alternativa a considerar, ya que su economía empieza a dar signos de recuperación. En opinión de Eduardo Abadía, director gerente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF) y director ejecutivo de la Federación Iberoamericana de Franquicias (FIAF), “las marcas mexicanas encontrarán mucho espacio para crecer, especialmente en nichos como restauración, alimentos y bebidas, y servicios de salud”.

Las apuestas

Durante 2015, según los expertos consultados, estas serán las claves del crecimiento del mercado mexicano de las franquicias.
• El nicho líder: alimentos y bebidas, que mantendrá una participación del 40 por ciento.
• Conceptos móviles urbanos: por ejemplo, food trucks.
• Bienestar: spa, masajes, entrenamiento en hábitos saludables, dietas, programas de belleza.
• Entretenimiento infantil: salones, servicios para fiestas.
• Bebida en crecimiento: té (en 2014, en México se consumieron 6,000 toneladas).
• Servicios “directo al hogar”: dentista, peluquero, limpieza.

Fuente: Soy Entrepreneur.

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