La incomodidad es la madre de un porcentaje de la innovación

Los cambios sacuden.                                                                                                                             Son tan incómodos, como las sillas en cualquier curso de más de seis horas diarias. El cambio se presenta, a veces tan de repente y de “sopetón” que asusta a más de uno. En las empresas, por lo regular, los cambios tienen que ver con crecimiento, nuevas tecnologías, nuevos métodos, o bien, con nuevas ideas. ¿Se fijaron? Quise decir NUEVO tantas veces como pude, porque la realidad es que en la novedad está el verdadero cambio, lo que nos sacudamos será rutina, conformismo y…comodidad. ¿Cuántas veces has detenido tus pasos por las ideas preconcebidas?; ¿Cuántas veces dejaste pasar oportunidades laborales, porque en tu trabajo actual “te sientes cómodamente ” a pesar de que llevas muchos años ahí? Las actividades por más innovadoras que sean, llega un momento en que es necesario cambiarlas, porque todo esto se persigue interminablemente; porque hay un propósito y una visión empresarial. Los líderes de las empresas, normalmente son inconformes declarados que buscan siempre revolucionar el mundo. Así salieron los Bill Gates, los Steve Jobs y de ahí están saliendo día a día un mayor número de personas que no se han conformado con el estatus que la vida les dejó. ¿Y les digo la verdad? Es un gran reto. Los “peros” son INTERMINAAAAAAAAAAABLES… y más para aquellos que están en la “triste” labor de demeritar el progreso. Los clásicos pretextos de los colaboradores cómodos son los mismos:

  • “No va a salir bien”
  • “No hay tiempo para eso”
  • “No tenemos la infraestructura/el personal/las herramientas/ para hacerlo”
  • “Siempre nos ha ido bien con esta metodología”
  • “¿Para qué arriesgarnos, si ya sabemos que esto funciona”

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Y como esos… muchos más.                                                                                                               Evitar este tipo de colaboradores es demasiado complejo para explicar en un artículo. Personalmente, creo que eliminar de tajo a los personajes “negativos” causarían más conflicto con los colaboradores que se quedan; por ello; es importante analizar primero que nada, ¿qué papel en la empresa representa el o los “inconformes”? después, hay que entender sus argumentos y explicar que no todo está mal. Quizás con un poco de guía, reaccionen y se comprometan con los cambios.

Pero…ojo: los inconformes son los primeros en notar cuando algo va mal en la empresa. Por eso, es mejor escucharlos antes de que propaguen ideas sesgadas o con poca información veraz. La capacidad de dar la vuelta a sus opiniones, es una de las principales estrategias para evitar que se propague comunicación inconveniente. En ellos está una de las posibles respuestas al cambio. ¿Qué tienen que decir? Y lo más importante: ¿cómo lo dicen?.

Hay que confrontarles y establecer estrategias para que ellos sean los agentes de cambio en la empresa, quienes generen el compromiso con los demás colaboradores, porque ellos, los “inconformes” de alguna manera, son quienes —en la mayoría de los casos— más la quieren y quienes detectan en primer lugar, cuando las cosas no andan bien al interior de la misma.

Incluso Bill Gates lo sabe y al respecto nos dice que “el cliente más descontento es su mayor fuente de aprendizaje”. Recordemos que al final, el cliente interno es uno de los pilares de una empresa exitosa. Y son los que, en ocasiones, revolucionan la historia. Sólo se necesita ser muy perceptivo y delimitar bien las reglas del juego. La ligera tela que divide al innovador y al inconforme es más fácil de distinguir cuando los colaboradores presentan soluciones…y no problemas.

Por: Maribel Carbajal

Feher & Feher

Consulting

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