El valor de una idea

Por: Karina Amaro
Consultora Legal
Feher & Feher
karina@feher.com.mx

En días anteriores llevé al servicio mi automóvil, cuando regresé a recogerlo, mientras esperaba en la recepción encontré una revista que hablaba del Campeonato Mundial de la Fórmula Uno, y aunque generalmente estos temas interesan más a los hombres, me llamó la atención un artículo que hablaba de los autos Ferrari, de los cuales he escuchado decir a varios amigos que son lo máximo por la potencia en sus motores y la calidad en la pintura que utilizan, por lo que pensé en toda aquella información que revela el secreto del éxito de ésta marca tan posicionada en la industria del automovilismo, son invaluables el tiempo, esfuerzo y recursos que Ferrari ha tenido que invertir para estar posicionada actualmente, así como la inversión que hace en el día a día para desarrollar tecnologías nuevas tendientes a mejorar sus automóviles monoplazas a fin de tener un buen desempeño en las competencias y en su caso ganar los campeonatos.

Mientras continuaba leyendo el artículo recordé la frase La información es poder , la cual por siempre emite una verdad, imaginemos por un momento que uno de los colaboradores de Ferrari que interviene en el desarrollo de una nueva tecnología y que inevitablemente tiene acceso a todo o parte del proceso y dicho dato se lo ofrece en venta a la competencia, sería fatal, esta tendría en sus manos la posibilidad de registrar y utilizar esa tecnología antes que su autor o en su caso la misma sirve como referente para mejorar la idea y sacarla al mercado de un modo distinto pero al final tomó como base la idea original, la cual no le costó.

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Es importante resaltar que la información, constituye secretos industriales, siempre y cuando de acuerdo al artículo 82 de la Ley de la Propiedad Industrial, ésta signifique obtener o mantener una ventaja competitiva o económica frente a terceros en la realización de actividades económicas y respecto de la cual haya adoptado los medios o sistemas suficientes para preservar su confidencialidad y el acceso restringido a la misma , y aquí surge un tema importante: tener una “cultura de prevención”, la cual consiste en que la empresa dueña de la información firme con cada uno de sus colaboradores un convenio de confidencialidad, acto seguido registrar esas fórmulas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

El hombre por naturaleza es generador de ideas y tal vez surja en la mente del lector ¿sólo los grandes corporativos con marcas posicionadas deben proteger sus ideas?, la respuesta es NO, siempre que éstas representen una ventaja competitiva o económica frente a terceros, deben constar en documentos, medios electrónicos o magnéticos, discos ópticos, microfilmes, películas u otros instrumentos similares para poder acreditar su existencia, y entonces suscribir el convenio de confidencialidad.
Recuerde que una vez generada una idea se desconoce el valor de la misma, ésta adquiere su valor una vez comprobada la ventaja competitiva que implica, bien dice la frase “Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa” , porque es en éste momento que adquiere un valor monetario a través del posicionamiento de la marca que ampara productos y/o servicios.
De lo anterior se concluye que es importante establecer los candados necesarios para documentar y proteger la información que constituye el plus de productos y/o servicios, por lo que si tiene duda acerca de la procedencia de registrar los secretos industriales acérquese a su asesor legal en propiedad intelectual, quienes con gusto proporcionan el servicio de asesoría.

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