Oro de Monte Albán opta por el modelo de la franquicia

La producción joyera artesanal en franco riesgo de extinción; se opta por el modelo de la franquicia para revalorar la calidad de los diseñadores mexicanos.

  • La inseguridad y los altos precios del oro, han agravado el mercado de familias artesanas con una irremediable “fuga de talento”.
  • El director general de Oro de Monte Albán, Alberto Rojas, demandó que la joyería hecha a mano, se revalore como actividad prioritaria en estados como Oaxaca y Jalisco.

Enfático, consideró que se debe “mantener viva” esta producción joyera heredada por familias a través de 4 generaciones, como es el caso único ya, de la firma Oro de Monte Albán.

La empresa oaxaqueña ha decidido mantener su fabricación artesanal y técnicas tradicionales, generando fuentes de empleo para más de 50 familias de la entidad, pero buscando desarrollar un modelo de negocio rentable y competitivo, a través de franquiciar un concepto innovador de joyería que conserva colecciones en filigrana y en oro y plata con incrustaciones de piedras finas, además de ofrecer piezas de autor, con diseños “llenos de color” que incorporan ya la madera y otros elementos.

Alberto Rojas, director de Oro de Monte Albán, se dijo sorprendido de que hoy, un establecimiento con venta de yogurt, demande una mayor inversión para el interesado que un concepto de joyería de vanguardia que además, respalda en oro y plata, el patrimonio del inversionista.

El impulsor del Centro de Preservación, Enseñanza, Diseño, Difusión e Investigación de la Joyería Oaxaqueña, CEPREDIJO, expuso que la orfebrería nacional necesita de inversionistas con una visión de largo plazo y que valoren una actividad con una “enorme carga cultural y social”.

Resaltó que Oro de Monte Albán ha logrado hacer de sus 8 tiendas, una galería en la que cada pieza por su producción artesanal, tiene una historia diferente. Resulta un nicho limpio y transparente para el inversionista interesado, afirmó.

“Nuestras nuevas autoridades, deberán entender, que los maestros orfebres, queremos seguir creciendo para extender la tradición y belleza de México con colecciones que cumplen las más estrictas normas de calidad incluso, al nivel de producciones de Italia y España”.

Reveló que por cuestiones de inseguridad en el país, hoy en día, las producciones en joyería son 80 por ciento en plata y 20 por ciento en oro, cuando en décadas pasadas, la relación fue 90 por ciento oro y solo el 10 por ciento en plata.

El reto para los diseñadores en Oaxaca, abundó, ha sido equilibrar la joyería prehispánica tradicional en la cultura Mixteca y Zapoteca, con piezas que por ejemplo, incorporan la talla de madera en pulseras, collares, broches y dijes, “con temas que han abierto una ventana de oportunidades y nueva competencia para las familias de artesanos, derivando un beneficio económico para sus comunidades”.

Resaltó la inspiración de su propia hija, la diseñadora Ileana Rojas, quien ha llevado hasta las pasarelas europeas sus “atrevidas” colecciones de autor, basadas en corazones con formas y colores diversos, recordando el arte popular del alebrije.

Señaló que todas estas variantes en sus colecciones, además de negocios sobrios, perfectamente iluminados, se ofrecen al inversionista en franquicias, que fijan una cuota inicial de 20 mil dólares, sin cobro de regalías y con inventarios con el 30 por ciento de piezas en oro y el 70 por ciento en plata.

Alberto Rojas, director de la firma Oro de Monte Albán, expuso que el gran reto para la artesanía nacional será su transformación como negocio también y consideró, que en el modelo de la franquicia puede seguir su proyección nacional e internacional con diseños exclusivos, muy lejos de producciones masivas o industriales.

Las nuevas autoridades en el ramo cultural, turístico y económico, deberán revalorar esta parte de nuestra identidad nacional, insistió; confío que más comunidades de artesanos bien podrían orientar un nuevo desarrollo a través de modelos de negocio como la franquicia.

Actualmente Oro de Monte Albán, ha logrado presencia además de Oaxaca, en ciudades como Guadalajara, San Miguel de Allende en Guanajuato, y una primera franquicia en Mahahual en la Riviera Maya, así como una oficina-contacto en la Ciudad de México.

No obstante, Alberto Rojas, visualiza un gran nicho de mercado en barrios tradicionales por su cultura como San Ángel, Coyoacán, y centros históricos, como el de la Ciudad de México, sin faltar, lugares paradisiacos de recreo para el visitante internacional.

En el corto plazo, el empresario y sus hijos, herederos de la mayor tradicional joyera de Oaxaca, abrirán en la capital del estado, un museo-galería que presentará al turista la réplica de la mundialmente conocida Tumba No. 7 de Monte Albán y las joyas ahí encontradas que a partir del año 1932, desataron el “boom” por estas colecciones.

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