Con un negocio pequeño es más fácil innovar y los procesos son más rápidos; algo que envidian las grandes empresas.
“Ser grande no siempre es mejor”. Esta frase ha sido expresada por Richard Branson, CEO de Virgin Group, un conglomerado de empresas que ostenta desde aerolíneas hasta instituciones bancarias. Pero lo que podría resultar sorprendente es que el pensamiento de Sir Branson, quien inició su negocio con un avión de segunda mano, es compartido por cientos de ejecutivos de grandes corporativos en todo el mundo.
Seguramente nunca habías pensado que ser una startup con unos cuantos empleados y con una oficina pequeña (o sin tener siquiera un espacio laboral) podría ser una ventaja. Es probable que se te complique competir directamente con empresas gigantes ya establecidas, pero la verdadera oportunidad de un negocio naciente está en sus procesos y en los ‘huecos’ que dejan las grandes compañías.
Así que si tienes la mentalidad de que “sólo siendo grande se tiene éxito” es momento de que la cambies, recuerdes la historia de David y Goliat y aprendas a aprovechar algunos de los beneficios que tiene ser pequeño. Toma nota:
1. Aceptación del fracaso
Una de las principales características de las startups es que pueden (y deben) fracasar. En realidad, el fracaso es parte esencial de su desarrollo y del camino hacia el éxito. Por ello están dispuestas a tomar más riesgos y a intentar nuevas estrategias para conquistar a su audiencia.
Esta ideología también abre las puertas a la experimentación como método de trabajo; en una startup siempre se está evolucionando y los fracasos son el mejor aprendizaje para perfeccionar productos y procesos.
2. Mayor apertura a la innovación
Por lo mismo de que fracasar e intentar cosas nuevas tiene un menor costo, las startups pueden innovar más fácilmente que los grandes corporativos. Para innovar se requiere de un ambiente de trabajo que favorezca la creatividad y generación de nuevas ideas, y por lo general este tipo de negocios son expertos en crear e impulsar este ambiente.
Las startups saben que únicamente innovando podrán triunfar (debido a que difícilmente podrán competir por precios), y por ello intentan convertirla en su modus operandi.
3. Eficiencia en toma de decisiones
Los procesos en las grandes empresas son mucho más lentos, ya que requieren del trabajo (y de la autorización) de varias personas. Debido a que en una startup comúnmente trabajan pocas personas es mucho más fácil tomar decisiones que afectan el rumbo del negocio o que permiten adaptarse a los cambios del mercado. En general, los fundadores deciden y comparten sus resultados con el resto del equipo de manera casi inmediata.
4. Mejor gestión de recursos humanos
Desde el proceso de reclutamiento hasta la generación de estrategias para motivar al equipo, esta área es mucho más fácil de manejar en una startup que en un corporativo. Como tus primeros empleados serán los que cimienten las bases de tu empresa puedes prestar mayor atención a la caza de talento y a la conducción de los empleados por el buen camino.
También la interacción cara a cara del director con su equipo facilita las relaciones y la motivación del personal, ya que éste se siente más conectado con la misión de la startup. Además, en un grupo pequeño el éxito es colectivo, por lo que cada miembro es esencial.
5. Crecimiento mucho más rápido
Cuando una empresa ya está bien establecida, aunque su principal tarea es seguir creciendo, muchas veces batalla por conservar su estatus actual. En el caso de una startup, la escalera sólo puede subir y, gracias a la tecnología, este crecimiento puede ser muy rápido y escalable. Muchas veces las startups están construidas con la ideología de convertirse en empresas globales, por lo que sus productos o servicios se pueden adaptar fácilmente a las necesidades de nuevos mercados.
6. Interacción directa con los clientes
El servicio al cliente es la base de cualquier negocio y cuando se cuenta con una startup es posible que éste sea mucho más personalizado. Además de ofrecer a los consumidores “lo que quieren”, interactuar con ellos te permite obtener retroalimentaciones valiosas para la mejora de tus productos. Aprovecha la oportunidad de hacer marketing uno a uno y de convertirte en el mejor vendedor de tu marca.
Recuerda que en esta fase es esencial que hagas networking y te des a conocer para hacerte de una buena reputación, especialmente a través del publicity y formando parte de comunidades emprendedoras.
Fuente: SoyEntrepreneur