Feher Consulting, Noviembre 2025
Luego de trabajar varios años en la industria alimentaria, desde diferentes especialidades, Gloria Arroyo y Fernando García decidieron emprender y, además, hacerlo con un concepto muy diferente a lo ya antes visto: una pastelería que ofrece productos especiales para personas con diabetes o intolerantes al glutén, así como una línea keto o cetogénica. El objetivo era simple: crear postres hechos con ingredientes saludables y que todos pudieran consumirlos. Así nació Vainilla Chocolate, un emprendimiento que trajo una nueva propuesta de valor en México.
“En nuestro país tenemos un gusto por lo dulce, pero muchos lo evitan porque suele ser alto en calorías y por ende dañino para la salud. Es un dilema para muchos, porque quieren festejar algo especial con un pastel, pero al mismo tiempo desean cuidarse. Es por eso que nos dimos a la tarea de generar ingredientes saludables y usarlos en la repostería, principalmente”, explica Gloria Arroyo, quien dirige Vainilla y Chocolate, empresa que nace en 2010.
Este emprendimiento creado para producir postres hechos con ingredientes saludables comenzó primero con su línea Bienestar, que básicamente consistía en productos sin azúcar. Después crearon la línea Keto o Cetogénica, en la cual no solo sustituyen el azúcar sino que además cambian otros ingredientes –como la harina– para evitar el glutén. Así, lograron reducir entre un 30 y un 35% los carbohidratos, y elevar el contenido de proteína y grasa. Eso sí, cuidando el sabor, para que el postre sepa igual que en la receta original.
“Nuestra misión se cumplió, ya que buscamos que todo tuviera un impacto saludable y las personas con diabetes, sobrepeso, cáncer, entre otras, pudieran comer un antojo saludable, sin perjudicar su salud. Es decir, un antojo sano, pero delicioso”, añade Fernando García.
Con apenas cinco años de existencia, Vainilla y Chocolate comenzó a franquiciar, y lo hizo con gran éxito y con la intención principalmente de aprender cómo funciona el modelo de franquicias. Como a muchos, la pandemia por Covid-19 provocó una pausa en su camino y cuando regresaron, ya no eran los mismos. El confinamiento los llevó a repensar su modelo de negocio y plantear cambios significativos en él.
Cuando arrancaron con su modelo de franquicias vendían un modelo de negocio que era muy operativo: en cada franquicia se producían los productos que se venderían al cliente, y debía cuidarse al máximo el manejo de los ingredientes, porque ése es precisamente el baluarte más importante de la empresa. Esto implicaba tener un alto número de empleados y procesos difíciles de seguir, porque para las personas resulta más sencillo solo revisar y vender, más no producir. Todo esto hacía, además, que el monto de inversión para la franquicia fuera más alto, y, por ende, que el retorno de inversión fuera también diferente.
Así que, al regresar del aislamiento tomaron la decisión de hacer cambios radicales: toda la producción se centraría en un solo centro, desde el cual se distribuirían los productos. La mayor implicación de esto es que requieren que las franquicias se ubiquen cerca de su punto de acción, para que la empresa les pueda proveer los productos, algunos congelados y otros ya listos para la venta.
“Ahora en nuestra propia cocina se hacen todos los productos, y al hacerlo se disminuyen los gastos para el franquiciatario, a quien se le quitan las regalías que antes tenía que pagar. Hoy también sabemos que a mayor producción los costos de fabricación también bajan. La realidad es que, con este nuevo modelo de negocio, el beneficio para el franquiciatario es mayor, ya que no requieren varios empleados ni considerar la capacitación para éstos, tampoco se necesita un espacio tan grande”, explica Gloria.
Los cambios además les han permitido ofrecer su franquicia a un monto de inversión menor y con un retorno de ésta mucho más bajo. Los creadores de Vainilla Chocolate aseguran que, aunque con el modelo de negocio anterior habían crecido mucho y muy rápido, este crecimiento no fue orgánico ni organizado, lo cual complicó la operación. Hoy ven todo lo vivido como un aprendizaje, donde encontraron las debilidades y oportunidades que tenía la marca y con base en ello hicieron cambios.
Están creciendo a un ritmo donde ellos pueden asegurar la calidad de los productos, sobre todo en cuanto a que su contenido no tenga impacto en la glucosa o en la insulina; que se preparen conforme al criterio de tener un impacto saludable en los alimentos y en la vida de las personas, que esa es la razón por la cual surgieron y que nadie había atendido: darle a la gente la oportunidad de comer un antojo dulce sin dañar su salud.
“En Vainilla Chocolate creamos y desarrollamos repostería y alimentos funcionales con altos estándares de calidad y servicio, con el fin de ofrecer una opción saludable y nutritiva para las personas que tienen una mayor conciencia o preferencia hacia la salud y una mejor calidad de vida, asegurando que esa experiencia sea rica, nutritiva y saludable”, puntualiza Gloria Arroyo.
Los inversionistas interesados en esta franquicia, que se caracteriza por ser socialmente responsable con las personas al cuidar su salud, deberán cubrir una cuota inicial de franquicia de $190,000 pesos más IVA, considerando además el monto del proyecto arquitectónico que es de $19,000 pesos. Asimismo, se calcula un retorno de la inversión de entre 24 a 36 meses, según la operación de la franquicia.
Esta es la oportunidad de invertir en una franquicia saludable y ayudarle a las personas a cuidar su salud, algo que justo después de la pandemia se volvió una prioridad.
