Por: Susanne GrimmSystemic Coach and Facilitator – Founder and Director at LFE WINDWARD
Ayer, un amigo muy querido, miembro de una familia empresaria, me hizo una pregunta muy curiosa. “Susanne, qué movimientos crees que se tienen que dar para que la siguiente generación “tome” la empresa?
No habló de estrategias ni de acciones. Habló de movimientos. Un movimiento es un proceso interno que luego se manifiesta en estrategia o acciones concretas. La pregunta entonces es: ¿Qué tiene que pasar dentro de quién para que la siguiente generación “tome” la empresa?
Creo que, el primer movimiento viene de la generación fundacional. Y tiene que ver con entregarse al destino que tendrá su organización más allá de sí mismo. Este destino puede ser la expansión, el crecimiento, puede ser la transformación en otro proyecto empresarial, y también puede ser la venta o el cierre de su organización.
Es un movimiento de asentir a lo que viene después de ellos – sin ellos.
Creo comprender lo duro que debe de ser dar este paso. Como dice mi maestro Jan Jacob Stam “La sucesión es inevitable, y dolorosa.” No solo es asentir al destino de la organización, sino al destino de la familia. Es asentir a la propia mortalidad y que la vida es más grande que uno mismo. Creo que es un movimiento del alma. Porque está ligado a la trascendencia y a la continuidad de la vida.
Dar este paso significa un enorme regalo para la generación que viene. Porque ella entonces puede aprender lo importante que es saber entregar y soltar. Y replicarlo. Se genera una sabiduría muy valiosa.
El segundo movimiento es de la generación que “toma” la empresa o la organización. Creo que es uno de asunción. De asentir a lo que viene. Es como el gesto de abrir las manos y tomarlo con conciencia. Esto requiere de mucha humildad. Y del reconocimiento profundo a lo que se ha logrado construir. Requiere de neutralidad y de una mentalidad de no juzgar. Una vez tomado y asumido lo que la generación anterior ha decidido entregar, vienen las decisiones y las estrategias nuevas que, a veces se convierten en proyectos empresariales exitosos o transformaciones y a veces también en ventas y cierres. Si se ha recibido y asumido a conciencia, estarán presentes y vivos los valores y la sabiduría de los fundadores.
Con estos dos movimientos, muy profundos, y muy potentes, podemos celebrar lo que se ha logrado, y mirar al futuro con libertad.