Ferenz Feher, Mayo 2017
“Todas las personas mayores fueron al principio niños,
aunque pocas de ellas lo recuerdan”
(Antonie de Saint-Exupéry, El Principito).
México está haciéndose mayor. El ritmo y velocidad con que crecemos (en cuestión meramente de edad) es uno de los factores por los cuales están regresando las modas que vivimos en los años 70 y 80. Las personas que disfrutamos de nuestra niñez durante esas décadas, tenemos recuerdos que nada tienen que ver con lo que hoy viven nuestros hijos. No sólo teníamos más libertad para imaginar, a falta de gadgets e inventos que contribuyeran con nuestra creatividad. Efectivamente, uno siente nostalgia por aquellos tiempos en que vivíamos, relativamente, con menos problemas, con otras marcas y con diferentes cánones de nuestras necesidades.
Los mercadólogos, esos genios que dan en el clavo a la hora de lanzar productos y servicios, notaron esa nostalgia por los tiempos pasados y muy inteligentemente segmentaron ese mercado. Lo ubicaron económicamente y crearon estrategias que siguen llegando a nuestros corazones. A pesar del tiempo, hay marcas que siguen presentes, y otras que desaparecieron, quebraron conforme el paso del tiempo y/o se fusionaron con otras marcas, para dar paso a una nueva era.
Hagamos un experimento con resultados inmediatos:
El ejercicio es el siguiente: ¿Recuerdas cuando eras niñ@? ¿Cuántos dulces había en las tiendas o supermercados que visitabas con tus padres? ¿Recuerdas el sabor del Chamoy Miguelito? ¿Cuántos sobrecitos de chile en polvo Miguelito comías en la escuela?
Si conoces esos dulces, seguramente a estas alturas de la lectura, tu cerebro empezó a enviar pulsiones a tus papilas gustativas y tienes ese sabor en la mente; por lo mismo, has empezado a salivar y quizás te preguntes… ¿cuándo fue la última vez que comiste una de esas delicias?
La historia de Miguelito, surge a principios de los años 70, en la Ciudad de México. Como muchas empresas exitosas, ésta inicia con una liquidación… la de su fundador, el señor Valente González, quien trabajaba en una empresa dedicada a la venta de pulpa de fruta. A finales de ese año, la empresa se declaró en quiebra y en pago le entregaron una máquina que operaba manualmente, así como un refrigerador que ocupaban para conservar el producto. Un año después de muchas pruebas, nació el chamoy Miguelito.
Esta es una empresa que durante más de 40 años se han mantenido en el gusto del público; es por ello que quise destacar cinco lecciones que podemos aprender de la empresa que ha dado trabajo a tanta gente en la Ciudad de México:
1. No importa que empieces desde abajo. La clave está en querer superarte.
2. Hay que trabajar en la fórmula ideal de tu producto/servicio.
3. Tienes que diversificar tus productos y lanzar de acuerdo a la aceptación de tu público.
4. El canal de distribución tiene un papel primordial en el éxito de tu marca. Trata de estar en las grandes tiendas y en las pequeñas sucursales.
5. Ten presente tu historia y no olvides tu pasado.
El mercado de la nostalgia nacional representa una de las más grandes apuestas a la hora de imprimir nuevas recetas, a la hora de vender y comprar; por ello, es muy importante que tomes nota y dediques tus esfuerzos a buscar qué es lo que tu público quiere traer de regreso… ¿será un sabor específico? ¿Una receta descontinuada o un producto con tintes del pasado? Tú tienes la respuesta.