Micromanagement: el hábito que apaga la innovación y agota equipos

¿Qué pasa cuando el líder siempre tiene el control absoluto de todo y no sabe trabajar en equipo? ¿Qué afectaciones puede tener una organización cuya cabeza no sabe cómo delegar tareas o, peor aún, no quiere hacerlo? A esto se le llama micromanagement y sin duda es una mala práctica que puede apagar la innovación al interior de los equipos y provocar un agotamiento mental y profesional en él.

De acuerdo con un análisis realizado por Great Place to Work, el micromanagement es un método de gestión laboral en el que se ejerce un control excesivo sobre las personas que conforman los diferentes equipos de un negocio, proyecto o empresa; lo anterior por lo regular provoca que haya demasiada presión a los colaboradores y una atención excesiva por cada detalle o acción que realizan.

Las investigaciones señalan que todo esto es provocado por una falta de autonomía y de confianza en las capacidades de los equipos, lo que ocasiona una franca incapacidad para delegar tareas y, en consecuencia, que el líder asuma responsabilidades que no le corresponden y pierda el foco del papel que realmente debería desempeñar.

Precisamente, esta negación para permitir que las personas se desarrollen, impide que el líder conozca y explote las habilidades que cada uno posee y por las cuales fue contratado en dicha organización, y en que ciertas ocasiones el líder desconoce. ¿Lo peor? Esto puede ocasionar que las personas dejen de aprender y que en algunos casos caigan en un conformismo que limite su desarrollo profesional y personal.

También puede suceder que aquellos que sí están capacitados y sí aspiran a un crecimiento dentro de la organización, suelen sentirse sin confianza para trabajar y desilusionados, al tener un líder tan altamente controlador que no les permite trabajar libremente. Esto finalmente redunda en la productividad que hay en la organización, ya que las personas pierden el entusiasmo y es posible que a corto plazo busquen otro lugar donde sí se les permita desarrollarse.

Cabe mencionar que, al no permitir la autonomía y la experimentación, el micromanagement reprime la creatividad y la capacidad de los colaboradores a encontrar nuevas soluciones, lo cual puede desmotivarlos porque sienten que no tienen libertad para hacer su trabajo, ni para aportar conocimientos o experiencia.  

Un liderazgo efectivo se basa en la confianza, la comunicación y el empoderamiento, no en el control. Al liberar al equipo de las cadenas del micromanagement, se les permite florecer y contribuir con todo su potencial, lo que a su vez impulsa la innovación y el éxito a largo plazo de ellos y de la empresa.

¿Cómo podemos erradicar el micromanagement al interior de nuestra organización? Según la OBS Business School, lo primero que hay que hacerse es establecer expectativas claras, definiendo de manera precisa los objetivos, plazos y responsabilidades de cada empleado, pues cuando los colaboradores comprenden lo que se espera de ellos no hay necesidad de una supervisión constante. Hay que permitir que los empleados tengan un control de su trabajo y que el líder se concentre en las decisiones estratégicas.

Por otro lado, el líder debe dar una retroalimentación regular y constructiva, hablando con cada colaborador sobre su progreso, sus desafíos y sus logros, lo cual ayuda a que no se sienta controlado. Hay que generar una relación de apoyo, no una de control. Para ello es muy importante fomentar la toma de decisiones de los empleados, dándoles espacio para resolver problemas y asumir responsabilidades; esto coadyuvará a fortalecer la confianza en sí mismos y en sus habilidades.

¿Cómo se ve el micromanagement en una empresa? Aquí algunos ejemplos:

Quiznos Subs. La empresa obligaba a sus franquiciatarios a comprar insumos solo en los proveedores que la franquicia controlaba, lo cual elevaba los gastos para los inversionistas y un sentimiento de falta de autonomía operativa; esto provocó el cierre de más de 4 mil restaurantes entre 2006 y 2014, año en el que la empresa se declaró en quiebra bajo el Capítulo 11.

WeWork. Adam Neumann, su CEO, tomaba decisiones unilaterales, con gastos excesivos y sin consultar a su equipo directivo. La cultura interna se volvió caótica, con falta de control financiero y poca delegación. Lo anterior ocasionó que su valoración como empresa cayera de 50 mil millones de dólares a tan solo 50, quebrando finalmente en 2023.

Siempre hay que recordar que, a largo plazo, un equipo más autónomo será más eficiente, creativo y capaz de adaptarse a los desafíos sin necesidad de una supervisión constante. El líder debe concentrarse en los resultados, no en cómo se realizan las tareas o en imponer sus decisiones, y así fomentará la confianza y se promueve un ambiente de trabajo más flexible y menos restrictivo.