Por: Oscar Howell Fernández
Author, Innovation Evangelist, Business Family, Investor
Fue Joan Didion quien observó que la gente de California mira siempre al futuro, porque nadie recuerda el pasado. Tal vez por ese motivo se dice que carecen de tradiciones y raíces, que todo es efímero y superficial, como en la “fábrica de sueños” de Hollywood. A veces pienso que podría suceder algo similar con las familias empresarias que van mutando de generación en generación.
En el momento de iniciar nuestro proyecto LFE Windward, una empresa con una marcada visión a futuro, lo primero que hice fue mirar al pasado para entender los orígenes de mi familia empresaria, y cómo podría informar mi manera de enfocar los temas actuales que preocupan a otras familias.
Me di cuenta de que lo que sabía de mi familia era fragmentario, porque había olvidado partes del pasado. Descubrí que al fundador de nuestra familia empresaria, mi bisabuelo, lo que más le preocupaba era su legado, y por eso descuidó la parte sucesoria y de gobierno. A la segunda generación, le interesaba más la parte económica que el legado, y por eso descuidaron los valores de la familia. A la tercera generación ya solo le importaba que los de la segunda se pusieran de acuerdo; y a la cuarta generación ya no nos llegaron más que anécdotas, documentos históricos y algunos activos.
En LFE Windward trabajamos para ayudar a las empresas en estos tres aspectos: descubrir y cuidar sus valores, asumir y transformar un legado para que perdure en el tiempo, y, por último, no olvidar el pasado para poder mirar hacia el futuro.