Por: Alfredo Culebro, Conferencista, escritor y parte del Equipo de Robert Kiyosaki y Blair Singer para proyectos internacionales
Feher Consulting, Febrero 2021
Ya sea como empresarios, padres de familia o ciudadanos, a lo largo de los años nos damos cuenta que la mayoría de las veces para obtener éxito en algo primero nos equivocamos, y además lo hacemos constantemente. Un claro ejemplo son los mejores futbolistas, ellos pueden llegar a una marca significativa de 200 o 300 goles con selecciones nacionales pero cuando se analiza cuántas veces fallaron normalmente podríamos percibir que si lograron 300 goles, antes fallaron 3 mil veces.
Lo anterior quiere decir que ellos pueden volverse los mejores del mundo con solamente entre el 10 y 15% de aciertos, metiendo gol en el lugar y el tiempo preciso; incluso lo mismo pasa en el golf, básquet o en cualquier actividad de la vida. Lo que no te cuentan es que para llegar a ese 10 o 15%, primero tuviste que errar el 85 o 90% de las veces. Luego de fallar tanto, comenzarás a tener un poco de éxito, hasta lograr lo que te llevará a ser el mejor padre, empresario, pareja o el rasgo que quieras perfeccionar en la vida. Dentro de ese 80% de errores que cometiste está realmente el conocimiento y en particular me gusta decir que los errores son los mejores maestros.
¿Por qué afirmo lo anterior? Porque creo que cuando te equivocas y cometes algún error también hay una fantástica oportunidad de aprender cómo hacer las cosas de manera diferente. A esto le llamo hacer tunning o sintonía, es decir, ir poco a poco ajustando nuestras habilidades y dones, esas que Dios nos otorgó, para a su vez poder compartirlas con el mundo. Tenemos que buscar cuál es el mejor punto para que esa meta sea perfecta o al menos intentar que sea perfecta.
La historia de los errores está plagada de enseñanzas y grandeza. Uno de mis grandes maestros, con una mente privilegiada, científico y pragmático (Buckminster Fuller) decía que cuando cometes un error es Dios hablándote. Afirmaba que cuando te equivocas Dios te dice “puedes hacer esto de una manera diferente”. Para muchas personas equivocarse genera mucho estrés, desesperación y frustración pero lo verdaderamente potente y grande sucede cuando reflexionamos acerca de nuestros errores y nos damos cuenta si realmente aprendimos o no la lección.
Un error del que no aprendemos es un error que no cuenta. En ese porcentaje del 85 o 90% de veces que te equivocas, si no aprendes entonces no suma a tu crecimiento. Hay gente que dice haberse equivocado 10 o 15 veces en un negocio, cometiendo una y otra vez el mismo error, mi pregunta es: “Si es el mismo error ¿por qué no aprendiste?”. Pero si has tenido 15 errores diferentes entonces vas por buen camino ya que estás aprendiendo, lo cual te ayudará a concretar lo que quieres en la vida.
Cuando te das cuenta de tus errores y analizas cómo armar un mapa diferente, en automático tu cerebro también comienza a ponerse activo y a conectar los aprendizajes de esos errores; los conecta con las opciones que tienes delante. Recuerda lo que decía Steve Jobs: “connecting the dots”.
Otra cuestión importante de los mágicos maestros que son los errores es que cuando resuelves un problema entonces el siguiente problema será más grande; pero si aprendes la lección sacarás lo mejor y seguirás avanzando.
Estas son 4 preguntas para hacerse cuando tenemos un error:
- ¿Qué pasó? Analiza cuáles fueron las circunstancias del error.
- ¿Qué sí funcionó? Sí, leíste bien, en un error hay cosas que sí funcionaron porque en esta vida nada es un desastre absoluto.
- ¿Qué no funcionó? Lo que no funciona debe ajustarse pero debes reconocerlo para cambiarlo.
- ¿Qué aprendí? Reconoce el aprendizaje que te dejó la experiencia.
Y si hablamos de negocios hay una pregunta extra…
- ¿Qué voy a hacer para corregirlo y no volver a cometer el mismo error? Esto no quiere decir que nunca más volverás a equivocarte, es más bien no cometer el mismo error.
Hazte estas preguntas constantemente para avanzar en tu vida y tu negocio.
Ciertamente, cometer errores no es muy agradable. Las emociones son frustración, enojo, miedo, cansancio, pero con un poco de inteligencia emocional analiza lo que sientes, es válido estar triste o enojado luego de un error pero es más válido sacar el aprendizaje y hacerte las preguntas correctas.